miércoles, 18 de noviembre de 2009

- LA DESHUMANIZACIÓN DEL ARTE - ORTEGA Y GASSET

La atención que Ortega y Gasset le dio a lo largo de su vida a todas aquellas cuestiones vinculadas con el arte, se enlaza con la concepción de la filosofía, ciencia de los fundamentos, raíz de todas las cosas, que reflexiona sobre las más dispares de las manifestaciones humanas. Esas cuestiones artísticas pasan a ser en este sentido, de índole crucial, ya que “ si el hombre modifica su actitud radical ante la vida, comenzará por manifestar el nuevo temperamento en la creación artística y en sus emanaciones ideológicas”.


Puede decirse algo del Arte, y es que estudiarlo teniendo en cuenta los efectos sociales no remite a mucho a la estética, ni a los estilos artísticos. Así opina u opinaba Gasset del estudio realizado por Guyau en “El arte desde el punto de vista sociológico”. Pero puede decirse que en parte se equivocaba.

Nos quiere hablar sobre las artes que aún en Europa conllevan algún valor, tanto la música nueva, la nueva pintura, la nueva poesía, el nuevo teatro. Cómo se identifican entre ellas, en el modo estético, lo relacionadas que están.

Esa identidad de carácter artístico no podía ser de otra manera que obra de la consecuencia sociológica. Por tanto una impopularidad en alguna de las artes, implica la impopularidad de otra.

Afirma que todo arte joven carece de interés y se convierte en impopular. Como cualquier estilo “recién nacido”. Distinguiendo eso sí que no es lo mismo lo no-popular y lo impopular. Ese estilo recién llegado es lógico que tarde algún tiempo en llamar la atención de la popularidad, no es aún popular, tampoco impopular, pero no es tratado con mucho cariño por la masa. Incluso se atreve a declarar que más bien es antipopular.

Así pues la obra de arte actúa como un poder social, formando dos grupos opuestos de público, uno a los que les gusta y el otro a los que no. En el caso del arte nuevo, dice que lo que ocurre es que en general no se entiende, cuesta asimilarlo y se repudia esos nuevos valores artísticos. Por ello Gasset, divide más bien al público en dos tipos: los que lo entienden y poseen un órgano de comprensión negado y los que no lo entienden. Y que por lo visto va dirigido tan sólo a una minoría un tanto superdotada.

Pero aún así el arte nuevo hace que los artistas aprendan su misión, reconocerse entre los “normales y vulgares”, ser pocos y luchar contra una masa que intenta devorarlos. La masa no entenderá nunca que si se saca el jugo al arte joven se verá el sentido verdadero de su impopularidad.


Son considerados que los entendidos del arte nuevo sin más o menor valía que los demás, son ante todo personas distintas.

¿A qué llama la mayoría de la gente goce estético?

¿Qué acontece en su ánimo cuando una obra de arte, por ejemplo, una reproducción de arte, le “gusta”?

Mis respuestas son que la mayoría de la gente llama goce estético a aquello que les causa placer con sólo mirarlo, aunque no es equiparable para todo el mundo, es decir, que a todos no nos “gusta” lo mismo.

Cuando por ejemplo una reproducción de arte es de mi agrado y me “gusta”, siento buenas vibraciones, es un goce placentero, aunque parezca más bien que esté hablando de un modo casi sexual.


Según Gasset, la respuesta no da cabida a las dudas. A la gente le gusta que una obra de arte se interese por los destinos de la humanidad, que le son propios a las personas. En pintura sólo llamará la atención aquellas reproducciones en las que aparezcan hombres y mujeres que resulten interesantes, o un paisaje al que no nos importaría visitar en una excursión.

Así pues, le llamarán arte al conjunto de medios que proporcionan cosas humanas y resultarán de mayor interés.

De ahí que el arte que conocemos del siglo XIX fuera un arte construido para la mayoría, un arte popular y realista, siempre realista.

Y para que exista un complejo arte puro y nuevo, habría de eliminarse todo elemento humano, y que fuera un arte tan sólo percibido por personas dotadas de sensibilidad artística, un arte para artista, y por tanto y valga la redundancia, un arte artístico, claro, coherente y racional, que ante todo deshumaniza el arte, evita las formas vivas y reales, se convierte en obra de arte tal cual, sin añadidos, considerada mero juego, lejos de falsedades, ironizado y como los jóvenes dicen, sin trascendencia alguna.


Una misma realidad que se quiebra en muchas realidades diferentes, cuando es mirada desde puntos de vista distintos.

¿Cuál de esas múltiples realidades es la verdadera, la auténtica?

Una respuesta a ello, o mi respuesta a ello como se quiera ver es, que la que decidimos elegir y argumentar como la verdadera, esa será nuestra realidad.

Argumenta que una respuesta acertadamente lógica es que simple y llanamente lo que se tiene que hacer es tomar la decisión de elegir, pero aún así, ésta respuesta sobre los puntos de vista será arbitraria. El decidirse por una(s) u otra(s) sólo será mero capricho. Pero dentro de ese conjunto de puntos de vista, de realidades, se encuentra una “realidad” predominante, cuando ese punto de vista tiene el aspecto de ser vivido.


Ese arte joven, recién llegado, lleno de intentos, ¿conseguidos?, llenos de ideas dispares, ¿disparatadas?, e ideas comunes.

Su carácter común le lleva a esa deshumanización del arte, el distanciarse de lo natural, de lo humano. Pero también ese nuevo gusto o sensibilidad estético.

Nos llevan por caminos alejados del objeto humano, ¿nos dejamos llevar?

Un arte que rompe con la estructura de los aspectos comunes, de las realidades vividas. Pero Gasset al respecto nos comenta que no hay objeto tal cual original, que no tenga o no nos dé una vaga idea de ciertas formas “naturales”. Y que lo que más importa es contribuir a esa destrucción “humana”. ¿Es fácil escapar de la realidad?

De la realidad tal y como la conocemos resulta algo extremadamente complejo, si asemejamos la realidad con lo verdadero.


Ha de tener el joven creador de arte un fuerte sentido por lo estético, un gusto inteligente, gran carácter, fuerza y motivación.

Y esa repugnancia a lo humano en el arte.

Sus cuestiones realizadas son entre muchas y atrevidas: ¿Qué significa ese asco a lo humano en el arte? Y ese asco es acaso ¿ asco a lo humano, a la vida, a la realidad, o a todo lo contrario, respeto a la vida y repugnancia a que se vea confundida con el arte, con una cosa tan subalterna como lo es el arte? Todas estas preguntas y las anteriores, son sacadas directamente de Ortega y Gasset, en mi intento de darle algún tipo de respuesta, aunque tal vez con bastante dificultad y poco atrevimiento

El proceso de apartar lo humano de las cuestiones artísticas más actuales, son en cantidad muchos.

Uno de ellos puede consistir en darle metáfora a las cosas, a aquellos tabús que se transformaban en metáforas que le quitaban a la realidad vivida cierta importancia o también se lograba realzar ciertos aspectos.

Otro puede ser el cambio de perspectiva al que estamos seriamente acostumbrados, a la habitual perspectiva. Ese orden establecido se rompe en mil pedazos para dejar que el arte nuevo reclame por cosas que de ese orden no prevalecen.

Se trata de un procedimiento que atiende a mirar y estudiar lo que se podría considerar desatendido por la sociedad.


“La relación de nuestra mente con las cosas consiste en pensarlas.”

La idea que de la realidad tenemos y lo que es la realidad en sí misma poco tienen que ver, ambas conviene atender a saber diferenciarlas. La realidad no es lo que pensamos de ella, porque cuando de ella estamos pensando, lo que hacemos es hacernos una idea de esa realidad.

El arte nuevo ha dejado de retratar la realidad, ahora pasa a retratar las ideas que se tiene de ella. Quedaría en manos del público la de disfrutar o no, comprender o no, esa nueva faceta artística.

El arte a pesar de la libertad que debería de poseer en sí, de no tener por qué verse sometida a las condiciones sociales de cada época, es junto a la ciencia opina Gasset, una de las cosas y hechos que más sugestionados está por los acondicionamientos de la sociedad y al cambio de de la sensibilidad estéticos del colectivo humano, el público.

Todo eso se verá experimentado en su creación artística y sus ideologías marcantes.

Tal vez de eso provenga esa desazón hacia lo humano, de un pasado artístico extremadamente clásico y representante de la realidad. Esa enfrentación con lo ya realizado. Tal reacción se ve partida en dos: el artista que asimila que tiene un pasado, proviene de él, nace de él, participa de ello y lo perfecciona, o el artista que siente repulsión por esos artistas tradicionales, cuya fama no termina nunca, y establecerá normas “agresivas” en contra de todo lo anterior.

Al arte se le extrae cualquier síntoma de patetismo que afloraba en arte más tradicional. En su lugar al nuevo arte se le añade ese aspecto de comicidad que faltaba en los anteriores, el arte en sí se convierte en pura broma. De ahí que las personas más serias, en referente a esto, les resulte algo un tanto degradante, difícil y enojoso de comprender.

“El arte nuevo ridiculiza el arte”. Una característica que reaumenta su poder de conservación y reaviva su triunfo.

Una frase con la me quedo y que recalcaría es:

-“Ser artista es no tomar en serio al hombre tan serio que somos cuando n somos artistas”. Ingeniosa idea.


En lo referente a la intrascendencia que demuestra el arte joven, no es aplicada en el caso de que el joven artista se despreocupe del arte que crea, sino que se construye para formar un trabajo que no implica trascendencia. Se interesa por su trabajo porque le lleva a eso, porque no le supone de una importancia vital. Aunque no sea muy comprensible del todo. Y resulta intrascendente si se vuelve la mirada hacia atrás y percibimos que lo que antes se proponía el arte y quería experimentar, tipo por los temas, eran los graves problemas de la humanidad, el caos en el que se encontraba el mundo, y reflejar también la dignidad humana. En la actualidad el artista se libra de tan compleja misión “cósmica” vital, o eso cree pensar de ello Gasset. Tal vez en esa pérdida de seriedad se encuentra la motivación más propia y característica del nuevo artista. ¡Libertad! ¿Libres? ¿Se libran de la seriedad de la vida?

El artista va con su historia, y la historia se mueve con pasos firmes e incluso agigantados. Así es como en unas épocas pueden llegar a prevalecer cosas de diferente índole que en otras carecían de validez alguna.

En el orden establecido, en las jerarquías de los intereses propiamente humanos, aparece como que el arte lo ha modificado. Quizás desde su punto de vista, el arte se ha ido alejando de ese centro primordial del que giraba junto con la ciencia y la política.

El arte al deshacerse de cualquier indicio humano y dejarse de patetismos, se deja la trascendencia apartada. Sólo es arte. Arte.


-CONCLUSIÓN-

Y para concluir y así es como titula el último de los apartados dentro de “La deshumanización del arte”, puede ser que pensemos y es más lo pensé…¿y ahora viene a decirme que todo este ensayo sobre el arte nuevo, tan sólo contiene errores?

A lo que viene a referirse es que esto no ha hecho nada más que comenzar, que se trata del principio de una larga mejoría en la definición de las características del arte nuevo, que otros ensayos más específicos de otros autores le seguirán a éste, ¿certeros?

Su ensayo es un intento por comprender el arte que se estaba creando en aquel tiempo, el recién nacido arte nuevo y conocer los nuevos propósitos artísticos.

“Se dirá que el arte nuevo no ha producido hasta ahora nada que merezca la pena, y yo ando muy cerca de pensar lo mismo”. Así de cruelmente comenta Gasset.

Su intención ha sido sacarle el jugo al arte nuevo, como si de una naranja se tratase, estrujarlo al máximo y sacarle la intención, el propósito que tienen esos nuevos creadores, y no el resultado ni su realización, sino lo más espiritual que de ello se le podía sacar.


Y con este estilo recién llegado… ¿ se podrá volver los pasos hacia atrás?


Una recensión que no llegará a tres mil palabras, pero un blog que cada día estará más completo.

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