lunes, 29 de marzo de 2010


HISTORIA DE SEIS IDEAS:

ARTE, BELLEZA, FORMA, CREATIVIDAD, MÍMESIS, EXPERIENCIA ESTÉTICA

W. TATARKIEWICZ

El arte: historia de un concepto

La expresión “arte”, qué compleja en su significado y qué de historia lleva a sus espaldas. Una expresión que se ha visto alterada con el paso de los años. Si comenzamos, topamos con el Renacimiento, donde tal expresión significaba habilidad para hacer algo, y ahí entraba cualquier saber hacer, con unas reglas establecidas para cada una. Lejos de la imaginación, lo más lejos posible para escolásticos. De esta manera, el arte comprendía una fuente más amplia.

Edad Media = arte = bellas artes + oficios manuales ( aunque por aquel entonces aún no se hablaba del término bellas artes como algo definitivo).

Pero sí que las dividieron en categorías diferentes: lo mental frente a lo físico.

Bellas artes = esfuerzo mental = artes liberales. // Oficios manuales = esfuerzo físico = artes vulgares o comunes. O artes mecánicas.

Las artes liberales ganaban frente a las otras, como categoría superior.

Así que resumiendo, en la Edad Media, la expresión ‘ars’ se comenzó a entender como un arte liberal, de categoría perfecta, y dentro de ellas se clasificaban artes como la gramática, la retórica, la lógica, la aritmética, la geometría, la astronomía y la música, refiriéndose a las ciencias. Por tanto se consideraban siete artes liberales. Y siete artes mecánicas, que se modificaban con frecuencia.

Pero, ¿por qué no se incluían en ninguna de las dos categorías la pintura o la poesía? Por indeferencia y la creencia de ser poco importantes (eso sí, en el campo de las artes mecánicas).

La transformación comienza en el propio Renacimiento, que eliminó de la expresión arte los oficios y las ciencias. Y antepuso la poesía como nueva modalidad de arte. Con ello el arte se separa de las habilidades y conforma una categoría independiente, que se sirve por sí misma.

La belleza toma un papel importante, y el artista (como tal) es doblemente valorado y se sienten superiores a los artesanos.

A la hora de mostrar la separación de los oficios manuales y las ciencias hubo que crear nuevos conceptos y términos, en los que se fundamentaba la integración del concepto de escultor, la integración del dibujo, que derivaba en la arquitectura, y por último, otro que confirmaba la creencia en la afinidad entre el dibujo, la música, la poesía y el teatro.

En un trato por separar las artes se consideraron las siguientes:

Las artes ingeniosas = producto de la mente dirigidas a las mentes. Incluía las ciencias, pero no la poesía.

Las artes musicales = conjunto de artes nuevo y diferente. Incluía la arquitectura y la pintura. La música como musa inspiradora.

Las artes nobles = la poesía, la pintura y la escultura. “Objeto de los sentidos más nobles”.

Las artes memoriales = para dejar en la memoria. Pero excluían la arquitectura.

Las artes pictóricas = de carácter pictórico.

Las artes poéticas = lo figurativo, lo metafórico.

Las bellas artes = las artes visuales y además la arquitectura, la poesía, la elocuencia, y la comedia. Incluso música y danza. Todas aquellas artes que los predecesores calificaron de ingeniosas, nobles…formando el conjunto de bellas artes, que en virtud de armonía otorga una fuente de placer.

Las artes elegantes y agradables.

Del siglo XVIII en adelante, los oficios manuales dejarían de considerarse artes, pasándose a denominar oficios, al igual ocurrió con las ciencias.

Y es partir del siglo XX, cuando el Arte no siempre significa belleza, porque ni recurre a ella.

La conclusión puede verse desde este punto: el arte debe de tener una intención y un efecto, el arte como una actividad humana, como una práctica social, que reproduce cosas, construye formas y expresa una experiencia, y que consigue deleitar, emocionar o producir un choque. La situación actual del arte busca en la novedad, sin considerar que ya esté todo inventado o creado, porque persiste en otro tipo de formas, sin perder de vista su propio pasado, porque eso no se olvida…

El arte: historia de una clasificación

En las artes visuales se encontraban la arquitectura, la escultura y la pintura, como medios de expresión del ideal de belleza, de verdad y de bien en el espacio.

Las artes espaciales = escultura.

Las artes inmóviles = pintura.

Las artes que emplean representaciones = arquitectura.

Tradicionalmente las artes eran miméticas, representativas, en una situación más actual, a partir del siglo XX, con las vanguardias, las artes toman una nueva clasificación en la que por el contrario se tornan abstractas e inventivas, dándole una nueva clasificación al arte conocido.

Pero no es del todo posible realizar una clasificación correcta del arte, ya sea por que ni se sabe aún lo que es o no es arte, y sobre lo que debemos de incluir entre las artes. Así que ¿de qué estamos hablando? Porque las artes están en continuo cambio y ampliación, en un ir y venir.

La belleza: Historia del concepto

El concepto belleza venía antiguamente aplicado tan sólo a las mujeres y niños, finalmente tal concepto se vería aplicado a toda belleza. Pero qué es lo que se consideraba bello. El concepto griego de belleza, se ajustaba a las cosas bellas tal cual, que se encontraban en las figuras, los colores y sonidos, pero también los pensamientos podían ser bellos. Lo bello pertenecía a aquello que resultaba agradable. En todas las evoluciones que el concepto ha podido ir sufriendo, la belleza ha sido tratada en el sentido más amplio, en el puramente estético (lo que hoy por hoy nos resulta más básico, aunque banal), y lo que se limita al sentido de la vista.

A fin de cuentas y para llegar a un punto en común, se llegaría a proclamar una teoría en la cual, la belleza sería el resultado de la proporcionalidad, el orden establecido de las partes compositoras y en las interrelaciones que se establecen entre esas partes.

Pero en ese camino recto en el que esa opción parecía la más adecuada, se llegó a la encrucijada en la que el camino se dividía en más partes, que en sí complementaban al gran camino, la versión cualitativa y la cuantitativa. Se llega así a la teoría general, la Gran Teoría. Llegados al siglo XVIII, esa forma generalizada se vería modificada. Por tanto aparecerían otras tesis complementarias, en la que la belleza se percibe a través de nuestras propias mentes y no viene de nuestros sentidos; la belleza de carácter numérico; la tesis metafísica, basada en la naturaleza y con perdón, banalidades cristianas, en la que la belleza es Dios; la tesis objetivista, como rasgo objetivo de las cosas bellas y la belleza como beneficio.

Así es como por el siglo XVIII se pensaría que las artes encontraban su objetivo principal en la belleza.

Pero surgieron dudas, tras la longevidad de esa Teoría, y con ello críticas, en las que se dudaba sobre la objetividad de la belleza, “votando” por ideas bien planteadas pero subjetivistas; se dudaba sobre la proporcionalidad, pensándose que era más importante la naturaleza del objeto, si era adecuado o no para realizar su objetivo. Pero también la belleza no consistía tan sólo en la relación de las partes, sino que se encuentra entre el objeto y el sujeto que lo percibe.

La belleza llena de sutileza y nada obvia. Belleza simple, clara, sencilla que se oponía al efecto sutil. Y ante todo se comenzó a valorar la belleza de un modo irracional, imposible tal vez de definir.

Y así más y más resto de teorías, extensas o cortas, mejor o peor planificadas o estudiadas…